Cómo ha crecido como cantante Camila Cabello desde que fuera una chica de dieciséis años sin nada especial (todavía), reclutada para Fifth Harmony por Simon Cowell en su programa X-Factor, versión estadunidense.
Tras el tremendo éxito de su sencillo "Havana" (2017), la cantante de Miami, de origen cubano, fue cereza de muchos pasteles, desde "Señorita" de Shawn Mendes a "Mi Persona Favorita" de Alejandro Sanz a esa atrocidad que fue "South of the Border" con Ed Sheeran (como todo el disco de duetos del inglés, para ser honestos), y ahora, previo al lanzamiento de su nuevo álbum, "Romance", que saldrá ahora en el otoño, Cabello nos presenta dos canciones, "Shameless" y "Liar".
Primero hablemos de "Shameless". Es una canción, en algún lugar entre power ballad y R&B alternativo, compuesta como tanta canción actualmente, escrita bajo fórmula para tener éxito y que en sí hace que de repente suene como cualquier cosa en la radio. Está muy bien producida, y el uso de bajos profundos que sin embargo no opacan la voz son de los puntos buenos de la canción. Que tiene, hay que decirlo, un punto muy fuerte, y ésa es la voz de Cabello, que explota, quizá como nunca, su hermosa voz rasposa, expresiva, cercana a la de Kelly Clarkson (palabras muy mayores) y haciendo gala de rango y versatilidad, pero sin abusar de florituras como tanta cantante de R&B. Posible la mejor interpretación vocal que ha hecho hasta la fecha (habría que escuchar el disco). Desafortunadamente, todo esto se desaprovecha en una canción bonita, sí, pero diseñada para usar y tirar.
Pero al menos "Shameless" tiene sentido. "Liar", por otro lado, es un desastre. Empieza con vientos, supuestamente "latinos", para dar paso a un desarrollo melódico que recuerda horrores a "All Night Long (All Night)" (1983) de Lionel Richie por sobre unas palmadas gitanas (en serio) y que en el coro se transforma en una especie de reggae pop que está a tres centímetros de ser un robo de "La Isla Bonita" (1987) de Madonna, todo ensalsado aquí y allá con timbales. Después de tan grosera sucesión de malos lugares comunes, que bien pudieron ser mejor usados ("Havana" es un ejemplo de esto), y añadiendo más al insulto, la canción pierde interés a los 2 minutos. Completamente olvidable.
La suma no es de horror, pues, pero tampoco nos hace esperar un álbum al nivel de lo que nos están ofreciendo otras contemporáneas de Cabello, Billie Eilish sin ir más lejos.
Calificación: 6 para "Shameless"
3 para "Liar".
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imagen vía Stereogum.com |
Tras el tremendo éxito de su sencillo "Havana" (2017), la cantante de Miami, de origen cubano, fue cereza de muchos pasteles, desde "Señorita" de Shawn Mendes a "Mi Persona Favorita" de Alejandro Sanz a esa atrocidad que fue "South of the Border" con Ed Sheeran (como todo el disco de duetos del inglés, para ser honestos), y ahora, previo al lanzamiento de su nuevo álbum, "Romance", que saldrá ahora en el otoño, Cabello nos presenta dos canciones, "Shameless" y "Liar".
Primero hablemos de "Shameless". Es una canción, en algún lugar entre power ballad y R&B alternativo, compuesta como tanta canción actualmente, escrita bajo fórmula para tener éxito y que en sí hace que de repente suene como cualquier cosa en la radio. Está muy bien producida, y el uso de bajos profundos que sin embargo no opacan la voz son de los puntos buenos de la canción. Que tiene, hay que decirlo, un punto muy fuerte, y ésa es la voz de Cabello, que explota, quizá como nunca, su hermosa voz rasposa, expresiva, cercana a la de Kelly Clarkson (palabras muy mayores) y haciendo gala de rango y versatilidad, pero sin abusar de florituras como tanta cantante de R&B. Posible la mejor interpretación vocal que ha hecho hasta la fecha (habría que escuchar el disco). Desafortunadamente, todo esto se desaprovecha en una canción bonita, sí, pero diseñada para usar y tirar.
Pero al menos "Shameless" tiene sentido. "Liar", por otro lado, es un desastre. Empieza con vientos, supuestamente "latinos", para dar paso a un desarrollo melódico que recuerda horrores a "All Night Long (All Night)" (1983) de Lionel Richie por sobre unas palmadas gitanas (en serio) y que en el coro se transforma en una especie de reggae pop que está a tres centímetros de ser un robo de "La Isla Bonita" (1987) de Madonna, todo ensalsado aquí y allá con timbales. Después de tan grosera sucesión de malos lugares comunes, que bien pudieron ser mejor usados ("Havana" es un ejemplo de esto), y añadiendo más al insulto, la canción pierde interés a los 2 minutos. Completamente olvidable.
La suma no es de horror, pues, pero tampoco nos hace esperar un álbum al nivel de lo que nos están ofreciendo otras contemporáneas de Cabello, Billie Eilish sin ir más lejos.
Calificación: 6 para "Shameless"
3 para "Liar".
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